«El Hombre: Animal Político» es un libro que apela al sentido común de la gente cuando trata de los objetivos, características, organización y límites que la sociedad debe tener para aportar al ser humano un ámbito que le permita crecer y desarrollarse en busca de su perfección, perfección que, por la naturaleza propia del hombre, no puede ser alcanzada sino en sociedad.

Para conocer cómo debe ser esa sociedad, es necesario indagar en la realidad de lo que el hombre es y en sus propias y reales necesidades, en cuanto al fin de su existencia, que es la perfección. Este libro examina y expone los conceptos que nos permiten reconocer y entender lo que es el orden político que hace posible la existencia de una sociedad armónica y virtuosa en la que todos sus miembros encuentran el ámbito propicio para alcanzar su personal perfección. Y todo su contenido está expuesto de manera sencilla y clara, que no requiere de grandes conocimientos para comprenderlo.

Esto lo ha convertido en un libro atractivo para quienes desean formarse con respecto a las bases de una sociedad sana y de aquellos que intuyen los errores de las ideologías, de todas ellas, de izquierda o de derecha. Que en lugar de fundarse en la realidad, pretenden insertar la sociedad en una realidad utópica, inexistente e inalcanzable, que siempre termina destruyendo la vida social y siendo incapaz de aportar al ser humano lo que necesita de ella para poder lograr su perfección y con ella la felicidad. El libro nunca ha tenido publicidad y se ha difundido por la recomendación de sus lectores.

Recuerdo varias y hay una que me gusta especialmente. Uno de mis hijos dio una conferencia en un congreso de filosofía en Argentina, al salir, se le acercó un joven desconocido que se presentó y le preguntó si era pariente de Juan Antonio Widow. Al enterarse de que sí lo era, le contó que él estudiaba derecho y que, recién ingresado, un amigo le regaló un ejemplar del libro. Lo leyó y lo marcó tanto, que durante toda su carrera siempre contrastó lo que le enseñaban con lo que decía el libro al respecto. Esto lo condujo al estudio de otros aspectos derivados de esa lectura y a su conversión al catolicismo.

Mientras existan las ideologías, creo que habrá polémica, entre otras cosas, porque las ideologías son incapaces o completamente renuentes a comprender la sociedad cristiana y lo que constituye el fin último del hombre. Como sustituto han entronizado una falsa Trinidad: libertad, igualdad y fraternidad; que dio origen a una nueva religión: la democracia. Hoy no hay mayor pecado que no ser demócrata, lo que hoy incluso se exige a los padres en la educación de sus hijos. Y lo que empezó en Grecia siendo una forma de gobierno que estaba muy lejos de ser la mejor, recaba hoy día para sí el derecho y el poder de definir quién es bueno y quién es malo. Es decir, quién es demócrata y quién no lo es. Y así está el mundo.

Les diría que antes de participar en política se formen muy bien; en lo intelectual, que estudien el tema leyendo buenos autores católicos. Que fortalezcan su carácter para ser capaz de resistir las presiones, manteniendo el objetivo de que la meta de sus acciones sea el bien común de la nación y no ganar elecciones. Lo primero debe ser siempre el fin, lo segundo es un medio que nunca debe contradecir ni obstaculizar el logro del fin. Y que asuma que lo más importante no será ganar la guerra, sino dar la batalla.

⁠El libro fue hecho cuidadosamente y tiene una muy buena presentación. A Juan le hubiera gustado que se hubiera incluido la polémica, porque ayuda a entender algunos puntos y aclara otros, pero todo lo fundamental está y esperamos que ayude a mucha gente a entender mejor los problemas de la política de hoy.